Un derrumbe parcial ocurrido este jueves en la esquina de San Rafael y Galiano, en Centro Habana, cobró la vida de Yoelkis Pérez Cobas, de 36 años, custodio y albañil, padre de dos niñas mellizas de cuatro años.
Según confirmó un familiar a Martí Noticias bajo condición de anonimato, Pérez quedó atrapado bajo los escombros y no pudo ser rescatado con vida por los bomberos.
El desplome afectó parte del techo de un inmueble que alberga en su planta baja el Café Boulevard y, en el piso superior, una cuartería con graves problemas de infraestructura y hacinamiento.
El colapso dejó a varias personas atrapadas y obligó a evacuar a todos los residentes. La manzana completa presenta visibles señales de deterioro y abandono.
Un edificio condenado desde hace años
De acuerdo con el activista de derechos humanos y periodista ciudadano Carlos Milanés, entrevistado por Martí Noticias, el edificio llevaba años bajo orden de demolición tras quedar estructuralmente afectado por un incendio en un inmueble vecino.
“Por fuera se veía bien, pero por dentro estaba muy mal. Las autoridades sabían que no se podía habitar”, afirmó.
Milanés relató que muchos de los vecinos no tenían documentación legal para residir allí.
“El Gobierno nos decía que no podía dar más viviendas en ese lugar porque ya había sido evacuado antes. Los que quedábamos éramos considerados ilegales, y algunos íbamos a ser investigados por la Vivienda. La solución oficial era que cada cual regresara a su provincia de origen”, explicó.
El activista señaló que el local del Café Boulevard pasó por varias administraciones: primero estatal, luego bajo la empresa Palmares, y finalmente, fue arrendado a cuentapropistas.
“Todos sabían que el edificio podía colapsar. El régimen ha recibido miles de denuncias. Son culpables de cada muerte en estos derrumbes”, denunció.
El religioso David Espinosa publicó una imagen del edificio colapsado en sus redes sociales.
"Hace un par de años, mi esposa y yo estuvimos en ese mismo edificio llevando alimentos a una anciana de nuestra iglesia. Recordamos claramente cómo los vecinos nos advirtieron que no pisáramos cierta zona de la azotea, porque ya se estaba hundiendo. Ese edificio no es pequeño, tiene decenas de apartamentos y en él viven muchísimas familias. Este no es un hecho aislado, es parte de una cadena de tragedias que vienen repitiéndose por años, producto del abandono, la desidia y la falta de mantenimiento de nuestras ciudades. Los derrumbes en Cuba no son simples accidentes; son el resultado predecible de decisiones (o de la ausencia de ellas) que dejan a los ciudadanos expuestos a un riesgo mortal todos los días", relató el miembro de la Iglesia Bautista "El Calvario".
Según el testimonio de varios vecinos, las autoridades se han limitado a desalojar y dispersar a los afectados, en lugar de ofrecer una reubicación segura.
Muchos pasaron la noche en casas de amigos; otros durmieron en el parque Fe del Valle, justo frente al lugar del siniestro.
Un patrón de tragedias evitables
El caso de Pérez Cobas no es un hecho aislado. El deterioro crónico del fondo habitacional en La Habana y la falta de mantenimiento en edificios antiguos han provocado un aumento de derrumbes, muchos de ellos mortales.
Pese a las advertencias y quejas de los vecinos, las respuestas oficiales suelen llegar tarde o no llegar.
Mientras la familia de Yoelkis llora la pérdida, decenas de damnificados esperan saber si recibirán algún tipo de asistencia o si, como temen, serán simplemente abandonados a su suerte.
[Con reporte de Ivette Pacheco para Radio Martí]
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